Tejidos para sastrería III

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Tejidos para Sastrería III. Los vellones y las fibras como factor de calidad.

Vellones:        

Al complejo proceso de selección y crianza que vimos en capítulos anteriores se suma el hecho de que, tras la esquilada, se realiza una meticulosa selección de los vellones de Lana del animal. De hecho, en función de la parte del animal de donde se extraiga la lana obtendremos vellones distales o vellones nobles.

Pero profundicemos algo más en el complejo mundo del vellón, ya que no debemos olvidar que este es uno de los puntos de partida que condicionará en gran medida la satisfacción del consumidor con el tejido de su prenda a medida.

Un vellón se compone de pelo y de vellón de lana (como en un perro o gato). El pelo corresponde a las fibras largas y gruesas, las que forman la parte exterior de la piel, y el vellón corresponde a las fibras más regulares y suaves del interior.

Por un lado, encontramos los llamados vellones distales o vellones cerdales que se encuentran en la parte inferior de flancos, pecho y parte superior de las patas, ofreciendo una calidad media en las fibras, y la panza y patas resultando en una calidad inferior.

Cabe destacar que los mejores fabricantes de tejidos descartan el uso de los vellones distales.

Los mejores fabricantes tejidos del mundo que centran su producción en tejidos destinados a Sastrería y Alta Confección solo trabajan con fibras procedentes de los vellones de lana principales o nobles del animal. Estos provienen del lomo, la mayor calidad, y la parte superior de los flancos.

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Los vellones nobles presentan la mayor densidad de fibras y de forma inversamente proporcional las más finas. Entre algunas de las características por las que destacan estas fibras, y solo por nombrar algunas de ellas, encontramos:

  • Su mejor rizado o “crimp”, que resulta determinante a la hora de otorgar a las fibras su resiliencia o capacidad para volver a su posición inicial tras sufrir aplastamientos o deformaciones. Ello resultará directamente en una tela con mayor resistencia a la arruga y mayor capacidad de recuperación.
  • Su mayor longitud. La longitud de la fibra viene dada por la raza del animal, edad y periodo en que se esquila. Las fibras de lana largas obtenidas de los vellones nobles miden más de 15cm, y son usadas en el proceso de estambrado. Cabe destacar que cuanto más larga es la fibra, mayor resistencia tendrá el hilo resultante al roce, a la tracción, y la tela final a la formación de peeling.

Las fibras más largas, finas y homogéneas resultan también en hilos más estables, que permitirán una mayor torsión en el proceso de hilatura conservando la suavidad, resultando en telas con más nervio (“muelle”) adaptándose mejor en costuras y evitando así flojos a la vez que conservan un tacto suave.

  • Fibras más perfectas en su cortex exterior, lo que facilitará la fijación de colorantes y el reflejo de la luz en su superficie resultando en telas con un mayor lustre natural.

1.- ¿Como se mide la calidad de la lana antes de su entrada en el mercado?

La forma en la que los ganaderos ponen estos vellones en el mercado es mediante un sistema de subasta. Se hacen muestreos de pequeñas zonas de vellones donde se analiza por parte de expertos las características de las fibras, y se hacen partidas por calidad.

Se mide el diámetro medio de las fibras con aparatos portátiles de medida óptica del diámetro (LaserScan) o mandándolas a un laboratorio para ser analizadas. (Este momento en la cadena de producción de la tela es en el que aparece por primera vez el concepto de Super’s, nomenclatura para establecer el diámetro medio de las fibras de lana usadas. No obstante, este punto será el tema principal que tratar en un próximo artículo).

Estas fibras “homogeneizadas” se ensamblan en fardos y se venden en subastas. Los fardos son objeto de un segundo análisis en laboratorios, mediante la extracción de un testigo del fardo para valorar de nuevo el diámetro medio de las fibras. Posteriormente los fabricantes de tejidos o compradores pujan por estas partidas. Solo los mejores fabricantes, que no escatiman en costes, obtienen las mejores fibras de lana del mundo que meses después resultarán en la tela que el Sastre Artesanal o el Técnico en sastrería   Industrial (Vendedor especializado) ofrecerán al cliente en su Sastrería habitual.

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2- ¿Entonces gran parte de los consumidores optan por prendas de confección?

Hoy en día, las grandes marcas y fabricantes de prendas textiles han inundado el mercado con productos RTW donde normalmente la base del negocio reside en la producción en grandes cantidades, el ahorro de costes en la materia prima y la confección, y apostando gran parte del coste del producto en agresivas campañas de Marketing.

En los últimos años parte de los consumidores han preferido primar la inmediatez en la compra y el ahorro inmediato en el precio de compra sobre otros factores, apostando por esta parte del sector textil y convirtiéndose en protagonistas de un mercado de consumo donde la calidad muchas veces pasa a un segundo o tercer plano.

Una parte de los consumidores con poder adquisitivo suficiente para poder optar a la compra de una prenda de Sastrería Artesanal o Sastrería Industrial, por desconocimiento o aparente comodidad, han decidido dejar de lado la experiencia personal que pueda brindar el servicio de Sastrería a Medida.

Pero no solo dejan de optar con ello a las posibilidades de personalización en el estilo y materiales de la prenda, sino que le restan importancia y valor al asesoramiento directo y presencial de los profesionales de Sastrería, y las garantías de calidad que representan los fabricantes de tejido que cumplen escrupulosamente con el proceso productivo del tejido del cual les estamos hablando hoy aquí.

Eso significa intrínsecamente que parte de los consumidores desechan una de las pocas garantías de calidad que pueden encontrar en el sector del vestir y más concretamente en el de la Medida.

De forma indirecta esta cultura de consumo fortalece las técnicas de producción y comercialización del primer tipo de productores de lana del cual hemos hablado.

De hecho, es la opción que a priori parece más fácil y rentable, seguir el camino de gran parte de criadores, explotando mucho más los rebaños, realizando más esquiladas por año, evitando numerosos controles de calidad con el fin de abaratar costes de producción y así vender más volumen de lana sacrificando con ello calidad.

Éstos pueden acceder así a un mercado generalista del vestir ofreciendo una mayor cantidad de lana en un menor tiempo cubriendo las grandes demandas de las firmas dedicadas a la producción en masa para grandes y pequeños almacenes y centros comerciales.

Para que se hagan una idea, una Oveja Merino, de por sí ya una raza “bendecida” como hemos hablado anteriormente, produce de forma natural en condiciones normales fibras de lana S.80’s, es decir 19,75 micras de diámetro de fibras.

Hoy en día la práctica totalidad de fabricantes de tejidos que producen para Sastrería y Alta confección arrancan su oferta de tejidos de lana en una finura de S.100’s en adelante, llegando a los S.250’s.

Si bien la finura de las fibras es un concepto que puede plantear dudas como factor determinante de la calidad de una tela (tema que también trataremos en nuestro próximo Capítulo), si es cierto que nos sirve para entender que existe una criba basada en la raza de la oveja, procedencia de la misma, los ganaderos, la selección de vellones y de fibras, y que son los fabricantes que destinan sus tejidos a la Sastrería y Alta confección aquellos que apuestan claramente por la calidad y prestaciones del tejido final intentando cumplir con las exigencias de un cliente, el de Sastrería, cada vez más exigente.

3- ¿Pero entonces, entonces cómo se explica que siga habiendo ganaderos especializados en la producción de lanas superfinas de calidad?

Estos ganaderos representen hoy en día una parte minoritaria de los productores de lana del sector textil. El motivo principal es el alto coste de producción en comparación con el resto de fibras.

No obstante, estos ganaderos no solo siguen existiendo, sino que en los últimos años los indicadores marcan un auge en la venta de este tipo de lanas. Éstos realizan una inversión de tiempo, dinero y asumen un riesgo empresarial, esperando que vengan compradores en busca de los mejores y más caros vellones del mercado.

Enrique-Antón Sanjurjo Illas

Bibliografía y referencias:

IWTO Market Information Edition 12 (IWTO 2016)

Wool demand and supply 2017, Chris Wilcox (IWTO Conference 2017)

Elvira M y Jacob M 2005 – Caracterización de lanas Prolana Chubut por tipo de esquila y zona agroeconómica.

Fotografías: SCABAL S.A.