Ilustrador Chris Burke
La moda post-COVID - Una reflexión (i)racional del mundo que nos toca vestir.
Han cambiado infinidad de cosas desde el 13 de marzo de 2020, cuando se declaró el estado de alarma y empezó, sin saberlo, la revolución más importante en la vida de muchos de nosotros.
Lo que aquí me trae es hacer una pequeña reflexión, de lo que tanto nos atañe a los que vivimos del sector textil, de la moda, de los trajes, de la aguja, como queramos llamarlo.
Por todos es sabido que el vestir es en sí mismo una de las formas de expresión más antiguas y estrictamente humanas, no podemos entonces desprendernos de ella tan fácilmente y no podemos, aunque queramos, hacer como si fuera algo sin importancia, por que la tiene y mucho y como veremos, más en estos tiempos cambiantes en los que volvemos a las raíces y nuestro instinto se agarra a todo lo primitivo, lo que nos arraiga para sentirnos de un modo u otro seguros. Seguros de dónde venimos, dónde vamos y a qué lugar pertenecemos.
Somos conscientes de las grandes polaridades que las sociedades de todo el mundo están sufriendo, provocadas en algunos casos y fomentadas en otros, por esta pandemia. El miedo, la angustia, la frustración y la ira están a flor de piel, así como la solidaridad, el compañerismo, la empatía o la resiliencia.
Nuestra forma de vivir y de vestir ha cambiado, solo hay que ver esos vídeos de zoom que a veces se cuelan en los telediarios, haciéndose eco de algún alto cargo pillado con chaqueta, camisa, corbata y bermudas…somos formales a medias. En la comodidad de nuestro hogar el pijama se resiste a abandonarnos y más para ponernos un traje completo. Las mascarillas son el complemento de moda y los filtros de Instragram se encargan de ponernos buena cara ante las pantallas.
Pero no solo el teletrabajo ha cambiado nuestras costumbres, la falta de ocio, viajes y fiestas ha guardado nuestras mejores galas al fondo del armario. Muchos smoking están cogiendo polvo y eso no nos hace ninguna gracia.
Se rumorea que después de estos meses de “apatía en el vestir” vendrán unos nuevos locos años 20’s y que seremos capaces de ir a por el pan vestidos de cocktail…sinceramente no sé si llegaremos a tanto, pero sí sería bueno, y ya poniéndome seria aunque solo sea un poco, que hiciéramos conciencia de nuevo de este gran poder que tiene la ropa dentro de nuestro día a día, vestir bien es un acto hermoso de respeto primero hacia uno mismo y después hacia los demás, buscando siempre ser la mejor versión de nosotros mismos.
No estoy diciendo aquí, que todo el mundo deba vestir de la misma manera, ni de un modo clásico, pero sí es importante que cada uno de nosotros busquemos aquella forma de expresaros a través de la indumentaria que sea la más acertada y si con ello ayudamos a los negocios, a los sastres, camiseros, fabricantes, zapateros, sombrereros…pues mejor que mejor.
Gracias por leernos, por seguirnos, por ayudarnos a ayudar, por difundirnos y por hacer que el mundo sea un poco más elegante cada día.
Lucía Serrano Andrés