Sastrería artesanal

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En la sastrería artesanal todo nace de una primera línea que se traza para marcar la pieza a cortar, ya sea en un patrón o directamente en tejido.


Se utilizan para ello, técnicamente, unas reglas de proporciones partiendo de las medidas y configuraciones de cada cliente en exclusividad, dando lugar a una pieza única.

Una vez cortado el traje por el sastre, se procede a la realización de la primera prueba; el oficial es la persona que dirige el trabajo del taller y se encarga de cortar las entretelas y plastrones que serán picadas para su unión. También se encarga de pasarle hilos a la chaqueta, para después planchar los delanteros, reentrarlos y finalmente hilvanarlos a las entretelas. Este proceso permite dar forma y unión a ambas partes. Tras el acto citado, las solapas son picadas y ya es posible montar y realizar con el cliente la primera prueba.


Tras el acto citado, las solapas son picadas y ya es posible montar y realizar con el cliente la primera prueba.


En la primera prueba lo que se hace es aplomar los delanteros de la chaqueta y adaptarla al cuerpo del cliente, desmontando los hombros y costados, siendo estos nuevamente sujetados mediante alfileres.

El siguiente paso a seguir, es el denominado como afinado, consiste en trasladar los puntos principales de la primera prueba al tejido, cortando y moldeando lo que será la forma definitiva de la chaqueta.

Nuevamente, con la prenda en el taller el oficial se ocupa de prepararla: cortar la tapa, vistas, bolsillos, vivos, interiores, forros y afinar las manga

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Ahora empieza un trabajo en conjunto del taller, donde las oficialas, ayudantes y aprendices junto al oficial, hilvanan y forran los pasamanes para que la chaqueta no se preste en el canto, cosen las carteras y hacen los bolsillos de vivos, hilvanan y cosen las vistas, para posteriormente volver los cantos mediante un proceso de picado a mano, sujetando el tejido a la entretela con una cruceta de algodón. Tras ello, se hilvanan los forros y se forran a mano.

Se vuelve a montar la chaqueta cosiendo hombros y costados para poner el cuello.

En este punto, algunas sastrerías realizan una segunda prueba con el cliente, donde se ve si es necesario hacer alguna pequeña rectificación para poder continuar cosiendo las mangas, la tapa y las hombreras. Se hacen los ojales con hilo de seda para finalmente planchar y fijar los botones.


Durante todo este transcurso, que lleva un mínimo de 50 horas, todos los pasos han sido realizados a mano, exceptuando las 11 costuras lineales que posee la chaqueta. Un proceso artesano que se mantiene con más de 200 años de historia.